El universo del automóvil está lleno de historia, innovación y numerosas anécdotas que nunca dejan de sorprendernos. Desde su prehistoria con los primeros automóviles hasta los actuales eléctricos, el mundo del motor está lleno de curiosidades que quizás desconozcas.
El Benz Patent-Motorwagen de 1886, considerado el primer automóvil, alcanzaba solo 16 km/h. Hoy sería adelantado por una bicicleta, o por un corredor en forma.
La fabricación de coches es tan precisa que casi el 50 % de todos los robots industriales del planeta están en fábricas de vehículos. Si les da por sindicarse quizás metan en problemas a las grandes marcas…

Ese aroma inconfundible que no sabemos describir con exactitud salvo diciendo que “huele a nuevo” proviene de los materiales del interior, pero ¿Sabías que pierde alrededor de un 20 % cada semana hasta desvanecerse por completo?
Desde tornillos hasta sensores, cada componente cuenta hasta formar todo un rompecabezas sobre ruedas.
La fuerza del aire no perdona: la resistencia aerodinámica puede disparar el gasto de combustible un 39%. Nota mental: comprueba que la has quitado.
Su Cadillac de 1930 fue confiscado por el gobierno y, curiosamente, usado por la presidencia de EE. UU.

Con buen mantenimiento, los motores diésel pueden llegar a recorrer el medio millón de kilómetros sin pestañear. así que si tienes uno, ya sabes.
A finales del siglo XIX, las ciudades sufrían una crisis de contaminación causada por los caballos. El automóvil fue, curiosamente, la “solución ecológica” del momento.
Inventado por Nils Bohlin en 1959, Volvo decidió no patentar el diseño para que todas las marcas pudieran usarlo y salvar vidas.
Originalmente eran de color beige. El color negro viene del añadido de carbono para reforzar la goma y hacerla más resistente al desgaste.
Hasta 6 veces más rápido que un parpadeo humano.
Se estiman más de 50 millones de unidades vendidas desde su lanzamiento en 1966. ¡Todo un clásico!
El Wärtsilä-Sulzer RTA96-C mide más de 13 metros de alto y genera más de 100.000 caballos de potencia, así que no: no está en ningún coche.
Mary Anderson, promotora inmobiliaria, ranchera y viticultora, los patentó en 1903, inspirada por el hecho de que los tranvías de Nueva York no podían circular cuando llovía.

El rojo era el color de competición oficial de Italia, y gustó tanto que se convirtió en símbolo de la marca.
El Peel P50, microcoche británico de los años 60, medía solo 1,34 metros de largo y pesaba apenas 59 kg. ¡Literalmente, podrías aparcarlo en tu salón!
Algunos concesionarios funcionan como gigantescas “vending machines” donde eliges tu coche y te lo entregan en minutos. Nada que nos extrañe de Japón.

En 1905, un ingeniero británico usó una cámara y un cronómetro para demostrar que algunos coches superaban el límite permitido.
El belga Camille Jenatzy alcanzó 105 km/h con su vehículo “La Jamais Contente”. Curiosamente, era eléctrico.
Aunque muchos creen que simboliza una hélice girando dado su origen aeronáutico, el diseño original simplemente combinaba los colores de Baviera.
El mundo del motor es mucho más que velocidad, prestaciones y diseño: está lleno de ingenio, historia y curiosidades que lo hacen fascinante.
¿Conocías alguna de estas anécdotas?
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